Dimas estima que la UE logrará reducir un 7% las emisiones de gases invernadero en el periodo 2008-2012

    Dimas indicó que, para el año 2020, será necesario disminuir más radicalmente las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en los países desarrollados, si se pretende estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero en el siglo XXI. Por esta razón, el Consejo Europeo ha propuesto explorar posibles vías para obtener reducciones de entre el 15 y el 30% en 2020, en colaboración con otros socios de la UE.



    Con este objetivo, la Comisión Europea lanzó el pasado 24 de octubre la segunda fase del Programa Europeo de Cambio Climático, iniciado en 2000, que esta vez se centrará en la investigación de nuevos sectores y tecnologías que permitan hallar nuevos caminos para reducir las emisiones de CO2 de manera innovadora y poco costosa.



    La piedra angular de dicho programa es el Proyecto de Comercio de Emisiones, que dio comienzo el pasado 1 de enero y cubre casi la mitad de las emisiones de CO2 de la UE. A través de este primer sistema de comercio internacional de emisiones, la Unión ha creado una nueva divisa basada en toneladas de CO2 y un nuevo mercado de concesión de emisiones. Según subrayó Dimas, su potencial financiero podría ser significativo: se estima que los 230 millones de concesiones que se comerciarán sólo en 2005 tienen un valor financiero de más de 4.000 millones de euros.



    Después de 2012
    El comisario destacó que, a partir de la próxima semana, delegados de 189 países se reunirán en Montreal (Canadá) durante quince días para discutir sobre el futuro régimen internacional de cambio climático. En este encuentro, «la UE debe continuar ejerciendo su liderazgo, basándose no sólo en la entrada en vigor del Protocolo de Kioto, sino también en recientes evidencias científicas, especialmente en el Ártico, que muestran que las consecuencias del calentamiento global podrían notarse antes de lo previsto».



    Dimas subrayó que la UE tiene previsto adoptar un enfoque constructivo y abierto con respecto a este problema con vistas a 2012. Entre otras cosas, declaró que la futura cooperación climática internacional deberá basarse en una amplia participación de todos los países implicados ya que, si no se establece una política climática internacional, «en el futuro, las emisiones de los países en desarrollo continuarán creciendo, mientras que las de los países industrializados tenderán a permanecer estables».



    Pese a todo, el comisario no consideró que los países en vías de desarrollo, ni siquiera aquéllos con economías más emergentes, deban o puedan adoptar los mismos compromisos que los industrializados. «Sus emisiones per cápita aún son sólo un pequeño porcentaje de las nuestras», reconoció. «Pero podemos diseñar un sistema con diferentes tipos de participación, en el que los países en desarrollo podrían marcarse objetivos que estuvieran en línea con su nivel de crecimiento económico», concluyó.



    Una evolución grave
    Según recordó Dimas, durante los últimos 100 años, la temperatura media global ha aumentado en aproximadamente 7 grados Celsius y se calcula que, durante la próxima centuria, su crecimiento oscilará entre 1,4 y 5,8 grados Celsius. Para mostrar el significado de estas cifras, el comisario señaló que la temperatura media durante la última glaciación terrestre era sólo 5 grados Celsius menor que la actual.



    Asimismo, reconoció que, si bien no existe una conexión directa entre los desastres naturales acontecidos durante el último año -la sequía en España, las inundaciones en Europa Central, el huracán Katrina- y el calentamiento global, «sí son coherentes con las continuas alertas de la comunidad científica sobre el cambio climático. Además, desde los años 80 a la actualidad, estas catástrofes han costado numerosas pérdidas económicas a la UE», que se calculan en unos 16.000 millones de dólares.



  • Fecha de la noticia: 2005-11-23
  • Fuente: Apecyl
  • Ambito: Internacional
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