Contra los parques eólicos en el entorno del Camino de Santiago

    La hasta ahora espléndida panorámica del Alto de Foncebadón dividiendo las cuencas del Duero y del Sil/Miño, las tierras maragatas y las bercianas, dará paso a una visión quijotesca (¿o mejor sanchesca?) de gigantes (¿o mejor molinos?): de molinos gigantes componiendo una suerte de Vía Crucis aspado (que no sagrado), erigido una vez más en honor del dios presunto progreso (que no real). La Magia del Camino, el encanto y la belleza de lo que algunos llamaron Himalaya del Bierzo o Alpes Bercianos, el misticismo de los recónditos valles y montañas de la Tebaida berciana, refugios durante siglos de tantos y tantos ascetas y anacoretas que en ellos buscaron y encontraron al Creador y fundaron pueblos y monasterios, se habrá perdido para siempre. Los Sagrados Montes de León, la Sacra Ruta de Peregrinación del Camino de Santiago, habrán sido irreparablemente profanados. Los nuevos suevos del siglo XXI (que por desgracia están entre nosotros) habrán dañado irreversiblemente un lugar único, santo, histórico, mágico, patrimonio de la Humanidad, con las instituciones y sus portaestandartes al frente, con luz y taquígrafos, con premeditación, alevosía y hasta diurnidad .
    ¿Vamos a tolerar semejante atropello? ¿Vamos a permitir que unos señores a los que mantenemos con nuestros impuestos autoricen semejante destrucción, en el bien más universal, conocido y preciado que tenemos en nuestra tierra, y seguramente en toda España? ¿No se les ha puesto en esos puestos precisamente para que eviten atentados como éste? No lo puedo entender. Ni que esto pase ni que nadie diga ni haga nada. Como si no hubiera miles de lugares en España más apropiados para ubicar aerogeneradores; como si León no fuera ya una provincia superexcedentaria en producción de energía eléctrica, producción que ha supuesto la destrucción de bellísimos parajes y la contaminación de muchos lugares, y a cambio de la que se han recibido escasísimos réditos.
    ¡Basta ya! Volquémonos todos en la protección del Camino y los santos lugares que florecieron a su vera. La Maragatería y El Bierzo necesitan el Camino, esa arteria por la fluyen peregrinos y viandantes, turismo y riqueza, presente y futuro. El Camino, tenemos esa suerte, pasa por aquí (¡cuántos pueblos y lugares de España soñarían con poder decir lo mismo!). Los parques eólicos se pueden instalar en infinidad de lugares a lo largo y ancho de los más de 500.000 kilómetros cuadrados de nuestra geografía, pero el Camino no es algo de quita y pon; es algo único que tenemos aquí, que nos diferencia, que nos hace exclusivos, que ocupa una pequeñísima parte de la citada extensión de nuestro solar patrio, y que tenemos que respetar y preservar por encima de todo. Si los municipios involucrados buscan con estos proyectos la solución a sus problemas de financiación, dénseles soluciones alternativas (no me cabe la menor duda de que las hay), pero no matemos la gallina de los huevos de oro ni desvistamos un Santo de verdad para vestir otro de chirigota. Salvemos como sea el Camino y los montes y valles maragatos y bercianos por los que pasa, para que cuando los peregrinos alcancen la Cruz de Ferro se sigan sintiendo más cerca de Santiago y de Dios, y sigan experimentando esa sensación única de plenitud, de misticismo, de paz, de fusión con el cosmos que sólo lugares tan mágicos e iniciáticos como estas Montañas Sacras y el Camino que las atraviesa son capaces de transmitir. Para que se lleven a sus lugares de origen un recuerdo imborrable de su paso por León, por la Maragatería y por el Bierzo, y promocionen nuestra tierra allende las fronteras leonesas.
    Aquí sí que está (y aquí y ahora nos lo jugamos) el futuro y el progreso real para la provincia León. Por el bien de todos, seamos sensatos e impidamos a toda costa que se lleven a cabo esos parques eólicos proyectados para la Maragatería y el Bierzo.



  • Fecha de la noticia: 2006-08-21
  • Fuente: Apecyl
  • Ambito: Local
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