Las últimas decisiones en materia energética

    Cuando ya nuestro corazón se había recuperado de las informaciones acaecidas en relación a los resultados de la famosa subasta CESUR del pasado 19 de diciembre en la que se fijó el incremento del precio del suministro eléctrico en España para el primer trimestre de 2014, y cuando nuestro bolsillo no se había todavía habituado del todo a tener que pagar más por la energía eléctrica, nos ha llegado un nuevo mazado por parte del Gobierno, ya que el pasado sábado 1 de febrero (y para tener un buen inicio de la cuesta de febrero), se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado una Orden por la que se revisan los peajes de acceso de energía eléctrica para el año 2014, así como una Resolución por la que se revisa el coste de producción de energía eléctrica y los precios voluntarios para el pequeño consumidor.
    Por lo indicado anteriormente se encarece nuevamente el recibo eléctrico a más de 18 millones de usuarios domésticos al incrementarse el término de potencia, resultando realmente perjudicadas las segundas residencias y los consumidores con un bajo nivel de consumo. De esta manera realmente se favorece poco la eficiencia energética, ya que independientemente de que se hagan verdaderos esfuerzos en reducir el consumo de energía, esto no se manifiesta en una reducción económica del recibo consecuencia del incesante incremento del término fijo y del término variable de la factura. Es importante destacar que desde el mes de agosto de 2013 la parte fija que pagamos los consumidores domésticos en nuestros recibos se ha incrementado en más de un 90%, por lo que es evidente quién sale beneficiado de estas subidas, como no podía ser de otra forma, nuestras “amigas” las eléctricas, que aunque tienen menos ingresos por la menor energía consumida, éstos se compensan con las retribuciones fijas por otros conceptos como el indicado.
    Una segunda cuestión que merece ser tratada en el presente artículo es el nuevo varapalo que se va a propiciar a las energías renovables, consecuencia del borrador de Orden Ministerial que se ha hecho pública para ser sometida a las correspondientes alegaciones por parte de los agentes implicados, en donde se produce un nuevo recorte de más de 2.000 millones de euros sobre un sector ya de por sí muy dañado desde enero de 2012, y que pone de manifiesto, entre otras cosas, que las instalaciones de energías renovables tienen que tener una rentabilidad razonable situada en el 7,39%, y para aquellas que entren en funcionamiento en un futuro, dicho valor tiene que ser el 7,5%. ¿Es esto realmente justo y equiparable a las instalaciones del régimen ordinario, donde se incluyen todas las centrales convencionales, que cobran el kWh en función del precio máximo de fijación de la casación entre la oferta y la demanda de electricidad, y no por el coste real de producción más el correspondiente beneficio industrial? Realmente no se puede catalogar ante la ciudadanía a las energías renovables como culpables de todos los males del sector eléctrico, al afirmar además que desde 1998 las energías renovables han recibido más de 50.000 millones de euros a través de las tarifas y primas del régimen especial, pero en ningún caso se habla de la cantidad de dinero que se ha ahorrado al no tener que importar fuentes de energía primaria de terceros países (ahorro en divisas), los millones de euros ahorrados en la compra de derechos de emisión por parte de nuestras empresas, e incluso del propio Estado, para el cumplimiento de los objetivos de reducción establecidos en el Protocolo de Kyoto, los miles de puestos de trabajo generados y que contribuyen con sus impuestos, etc., etc.
    Y ya para finalizar no puedo pasar por alto la entrevista realizada días atrás al actual Secretario de Estado de Energía en un periódico de tirada nacional, Alberto Nadal, en donde afirma que el sistema de fijación de precios desaparecerá a finales del mes de marzo, ya sabido por muchos, pero que habrá uno nuevo, con carácter indefinido, en el que se tomará como base la media de los precios reales existentes en el mercado mayorista de energía eléctrica. La pregunta es evidente, ¿quién determinará nuevamente el precio en dicho mercado?, ¿las propias eléctricas?. La respuesta es facilísima. A pesar de lo que se diga que el recibo va a rebajarse aproximadamente en un 3% como consecuencia de la desaparición de las ineficiencias del sistema existente hasta la fecha (parece curioso tener que escuchar y leer que en los tres últimos años hayamos tenido que pagar los consumidores un sobrecoste de más de 1.160 millones de euros, y que nadie lo haya intentado solventar desde entonces hasta llegar a este punto), me temo muy y mucho que eso no va a ser condición suficiente para que realmente los consumidores domésticos e industriales paguemos por la electricidad consumida el verdadero coste que supone dicho suministro, ya que se desconoce por completo el coste real de dicha producción de manera convencional. ¿Se hará en algún momento una auditoría, tantas veces reclamada por muchos, a las instalaciones productoras de energía eléctrica a partir de fuentes convencionales, en la que con una rentabilidad razonable, por similitud con el sector renovable, permita conocer el precio real del kWh?.
    Es curioso también tener que leer en dicha entrevista que “ … les hemos pagado al resto del mundo la curva de aprendizaje …”, en relación a las energías renovables, cuando es una realidad que el sistema no ha funcionado como debería haberlo hecho. Independientemente de eso, contribuyen a la rebaja real del precio del kWh (lo tenemos estos días con los repetidos episodios de las ciclogénesis), nuestras empresas son un absoluto referente a nivel mundial, realizan exportaciones tecnológicas y ganan concursos internacionales frente a compañías de otros países, ¿no es esto suficiente?



  • Fecha de la noticia: 2014-02-13
  • Fuente: Apecyl
  • Ambito: Local
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