La Comisión Europea fija sus objetivos para 2030

El marco 2030 tiene el objetivo de garantizar la seguridad de los inversores energéticos mediante un reglamento común que contribuya al desarrollo de nuevas tecnologías e impulse el crecimiento de economías basadas en bajas emisiones de carbono, con un sistema energético competitivo y seguro.
La Comisión Europea ha querido poner el foco en que las actuales economías logren integrar sistemas con suministros de energía seguros y asequibles para todos, lo que conlleva una mayor independencia de las importaciones de energía que ayuden a controlar los precios.
Según el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, “una política energética europea es clave para nuestra competitividad, la generación de empleo y la independencia económica de las importaciones mediante el uso de la eficiencia energética y las energías limpias autóctonas”.
Günther Oettinger, Comisario de Energía de la UE, cree que el objetivo es asegurarse una energía asequible y limpia para hogares y empresas, pero a un mínimo coste, y todo ello mediante la europeización de las políticas de energía renovable. Sin duda, reglamentaciones comunes ayudarían a la estabilización del mercado en España y por tanto a la recuperación de la confianza de los inversores.
Medidas a implementar
El objetivo vinculante de reducción de emisiones para 2030 será de un 40% menor con respecto a las emisiones de 1990. No obstante, los países deberán ratificar el acuerdo en el Parlamento Europeo a principios de 2015 y concluirlo a finales de 2015 en París.
En cuanto a las energías renovables, la Comisión se fija un objetivo de al menos un 27% para 2030, ya que entiende que el desarrollo común de estas tecnologías redundará en un sistema energético competitivo, seguro y sostenible, que mejorará la balanza comercial y el empleo. No obstante deja flexibilidad a los Estados miembros en cuanto a la legislación para que puedan adaptar esta a las circunstancias y preferencias nacionales.
Sobre la eficiencia energética, la Comisión considera que es fundamental en el cumplimiento de los objetivos de la UE, y tendrá en cuenta las enmiendas de los Estados para la mejora de la Directiva antes de final de año.
La Comisión ha propuesto una serie de indicadores para poder evaluar el progreso de los Estados miembros y asegurar la diversificación de la oferta, mayor competencia, el desarrollo de fuentes de energía autóctonas, así como el apoyo a la investigación, el desarrollo y la innovación. Estos indicadores hacen referencia a por ejemplo, las diferencias de precio, la diversificación de la oferta o la capacidad de interconexión.
En cuanto a la competitividad, la Comisión cree que el análisis del precio de la energía y sus costes son clave para determinar la competitividad con respecto a otras zonas económicas. Ve con preocupación por ejemplo la clara diferencia del precio del gas de Estados Unidos, pero piensa que esta puede ser contrarrestada con medidas de eficiencia energética.
Reacción de las renovables
APPA, la Asociación de Productores de Energías Renovables, ha manifestado su lamento ante la cuota mínima vinculante de un 27% en lugar del 30% que había propuesto el Parlamento Europeo, y cree que la Comisión da marcha atrás en su política de apoyo a un sector, el de las renovables, principal instrumento para reducir la dependencia energética, herramienta fundamental para dar cumplimiento a los compromisos de la Unión Europea en Cambio Climático, fuente de empleo y una baza importante para la recuperación económica de Europa.
Para Fundación Renovables, la Comisión ha cedido ante las presiones del lobby eléctrico y ha marcado unos objetivos decepcionantes y poco ambiciosos, pero se congratula de que al menos el objetivo sea vinculante para el conjunto de la UE. Considera que el hecho de que las renovables estén consiguiendo precios muy competitivos, ha supuesto una maniobra de los grupos eléctricos tradicionales para frenarlas con sus presiones a la Comisión.