Especialistas intentan dar impulso en Argentina a la energía eólica

    Y pese a todo esto, y a un país todavía abundante en recursos humanos calificados (ingenieros electrónicos, mecánicos y aeronáuticos, aerodinamistas cordobeses con toda una vida diseñando aviones, y a una industria náutica ducha en trabajar plásticos reforzados, capaz de fabricar palas), la aversión local al riesgo tecnológico fue siempre tenaz.


    Este rasgo, sumado al cuento del gas abundante y barato, logró que durante la década pasada no hubiera incentivo fiscal alguno, nacional o provincial (o ambos), que culminara en algún plan eólico importante. Las pocas y honrosas excepciones hoy no hacen diferencia a la hora de evitar apagones porque, según admite Spinadel, la capacidad eólica instalada en todo el país es risible: menos de 30 megavatios frente a un déficit total de generación de 4000 megavatios.


    Sin embargo, algo está cambiando. Entre los apagones de «este invierno de nuestro descontento», como lo habría llamado William Shakespeare, la buena noticia (oculta) es que el precio de la electricidad en el «mercado spot» viene superando largamente los 70 dólares el megavatio hora. «Así las cosas, la electricidad regalada, el obstáculo más serio para que nuestro país empiece a echar mano del recurso eólico, quedó atrás, y para siempre», sentencia el doctor ingeniero Erico Spinadel, de la Asociación Argentina de Energía Eólica.


    Los índices de la firma Cammesa, que administra el mercado eléctrico mayorista, ya miden precios «spot» de casi 73 dólares durante todo el día hasta las 17 horas, cuando se disparan hasta los 120 dólares entre las 19 y las 24 horas. Y el valor «de corte» para que un parque eólico genere ganancias está en los 70 dólares por megavatio de electricidad entregada a la red.


    «Por supuesto, nadie en sus cabales trataría de cubrir el déficit local únicamente con molinos, y por lo mismo que uno se abriga con un único sobretodo y no con diez bufandas -dice el doctor Gustavo Bianchi, destacado investigador en tecnología petrolera-. Lo que necesita urgentemente la Argentina -agrega- es romper su dependencia del gas con fuentes capaces de generar a potencia máxima todo el día y todo el año, como la electricidad nuclear, la geotérmica y mareomotriz.»



  • Fecha de la noticia: 2007-07-30
  • Fuente: Apecyl
  • Ambito: Internacional
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