Entrevista a JAVIER GRACIA BERNAL, presidente de APECYL

    Javier Gracia es presidente de la Asociación de Promotores de Energía Eólica de Castilla y León (Apecyl) desde 2004. Director del Área de Medios y Participadas de Caja Rural de Soria, está al frente de la dirección técnica de la compañía soriana Cetasa, firmada por Endesa, Caja Rural de Soria y Caja Rural de Navarra. Tras más de diez años de experiencia Cetasa se ha convertido en un modelo a seguir con todas sus turbinas implantadas en la provincia. Y es que este ingeniero industrial siempre ha visto en las energías renovables todo un potencial por desarrollar y ha dedicado su carrera profesional a impulsar el sector, contribuyendo a posicionar a Soria y Castilla y León en un referente en la eólica. Ahora el sector se enfrenta a una nueva reforma energética del Gobierno que deja un panorama cuando menos incierto para las renovables, con nuevos recortes a costa de este sector para conseguir reducir el déficit tarifario que arrastra España.
    El esperado nuevo Real Decreto del Gobierno no ha convencido a los expertos en energías renovables, un sector pionero en España que con esta normativa parece quedarse a un lado…
    El Real Decreto ha creado nuevas bases, pero que están todavía por concretar. Con respecto al nuevo modelo que el Ejecutivo quiere imponer a la eólica futura todavía puede permitir que la inversión sea razonable. Quizás las inversiones estén menos bloqueadas que hace seis meses, porque ahora mismo por lo menos hay una legislación que todo el mundo estaba esperando, pero lo importante es que los modelos que tiene que facilitar el Ministerio a partir de la ley en relación con el análisis de la rentabilidad de las instalaciones no entorpezcan más el desarrollo de éstas.
    Pero sin primas a un sector que el Gobierno impulsó con incentivos para convertirse en un líder de las renovables
    Sabíamos que al final tendríamos que empezar a construir parques eólicos a precio de mercado, sin primas, esos cálculos los habíamos hecho, pero es que lo que sucede es que el Gobierno ha ido añadiendo nuevos impuestos, como el del 7% a nivel nacional sobre la facturación y no sobre el beneficio, algo con lo que nadie contaba, más el del tramo regional del 4%.El Gobierno tiene que enseñarnos el modelo y garantizarnos que no va a haber más impuestos, de la misma manera que nadie concibe que el Ejecutivo cree impuestos nuevos en sectores como la agricultura o la construcción. La actividad económica se ha ralentizado pero no se puede parar.
    ¿Cómo afecta ahora el Real Decreto a los empleos que se han perdido en Soria y Castilla y León?
    Los 2.500 empleos que se han perdido en Castilla y León se pueden recuperar porque se da la paradoja de que España tiene que cumplir para 2020 con la obligación de la Unión Europea de producir un 20% de la energía primaria a partir de las renovables. Ahora estamos en un nivel de generación del 12%, pero para incrementar en otros ocho puntos, si se diera el caso de que se cargara a la eólica con casi toda la responsabilidad del cumplimiento, la producción de la energía del viento debería situarse entre los 35.000y los40.000megawatios y ahora mismo estamos en los 25.000.De este modo, la opción será reabrir las fábricas a velocidad de crucero y de la peor manera posible, deprisa y corriendo, para cumplir con los objetivos o, de otro modo, acabar comprando aerogeneradores a China o Alemania. La duda que nadie ha sabido resolvernos es cuál será la penalización a la que se someterá España si no cumple estos objetivos que previsiblemente serán muy obligatorios.
    Poco convence esta nueva normativa de futuro al sector…
    Era previsible que la curva de crecimiento de los parques eólicos se tendría que moderar hasta convertirse en una línea plana a partir de 2016 y 2017, que las empresas fabricarían para exportar y sobre todo se mantendría el empleo en explotación y mantenimiento de los aerogeneradores. Pero también pensábamos que los órganos de decisión y de administración estaban del lado de las renovables y que ayudarían en la internacionalización del sector, lo que nos mantendría en la actividad económica.
    Parece que la ilusión se ha desinflado…
    Apoyamos cualquier reforma que defienda el interés general y que recupere el empleo, dos instrucciones imprescindibles. Pero si sube el recibo de la luz, no se crean puestos de trabajo ni se reduce el déficit tarifario tendremos que pedir al ministro de Industria, José Manuel Soria y al secretario de Energía, Alberto Nadal, que dimitan porque todas estas medidas las están llevando a cabo de manera unilateral y lo seguirán haciendo con el resto de las reglas que faltan.
    El Ministerio nos ha recibido en una ocasión. Somos de los pocos del sector de la eólica e incluso de todas las renovables que al menos nos ha escuchado. Si triunfa la reordenación del sistema eléctrico y dan con la manera de reducir el déficit tarifario seremos los primeros en felicitarle, pero si no sirve para crear empleo ni se traduce en tranquilidad para el sector tendrán que dimitir. Tenemos que enseñarles la puerta de salida a quien no sabe hacer las cosas bien. No podemos permitir más políticas de parche. Iba a ser una reforma en profundidad y al final se ha quedado todo abierto. Si hubiéramos participado en las reuniones los que realmente sabemos de energías renovables la solución que ha puesto el Ministerio sobre la mesa no habría sido tan drástica. Había tanta prisa por acelerar este Real Decreto que los textos que fueron a Consejo de Ministros se repartieron la noche anterior y se han quedado sin concretar. O no les ha dado tiempo porque había alguna intención política para acelerarlo o sencillamente han dejado todo abierto para poder intervenir en futuro. Si el propio ministro no conocía las cifras a nosotros solo nos queda asustarnos.
    Tampoco están contentas las eléctricas…
    Hay quien se queja con lágrimas de cocodrilo. El Gobierno tiene que saber separar el grano de la paja. Si una eléctrica gana un 22% más que el año anterior creo que tienen pocos motivos de queja. Si hay que cerrar una empresa por un cambio legislativo ajeno completamente a la actividad empresarial sí tengo razones para no estar contento.
    Nadie puede defender rentabilidad antes que creación de empleo. Si vuelven a trabajar los seis millones de desempleados que hay en el país aumentará la demanda energética, se estabilizarán los precios y los parques eólicos futuros tendrán una rentabilidad razonable garantizada. Pero hay que buscar la manera de conseguir objetivos empresariales creando empleo.
    El problema es que se pone en duda la rentabilidad prevista para los parques ya construidos
    Tras un análisis que realizó Apecyl en colaboración estrecha con los técnicos de la Junta pudimos determinar que los parques eólicos anteriores a 2005 tienen una problemática relativa. De hecho, los construidos en 2000 y 2001 sufrirán un pequeño bache de rentabilidad el año que viene, pero a partir de 2015 podrán mantener una rentabilidad razonable. Los parques que son posteriores a 2005 tienen un problema mucho más serio y la rentabilidad dependerá de cómo ha estructurado sus costes de inversión y su estructura de financiación. Si en 2015 las instalaciones se encuentran sin cargas financieras y su inversión fue a diez años, será mucho mejor, pero si la financiación fue a 20 años el flujo de caja será negativo y habrá que plantear una refinanciación.
    Pero ¿no es algo injusto refinanciar una inversión que se realizó hace unos años en un entorno legislativo totalmente diferente?
    Absolutamente. Hay una discriminación extraña hacia las renovables porque el resto del sector eléctrico no se está viendo sometido a estos cambios y no está siendo tan perjudicado. A las renovables nos han modificado el precio de la energía y nos han añadido nuevos impuestos. Ahí las empresas tienen que demostrar la capacidad de rentabilidad. En cualquier caso la solución sería la refinanciación de los parques. En cambio, hay partes del coste eléctrico que son intocables. Seguimos pagando las redes que están casi amortizadas y que si se amplían son por cuenta del cliente, pero además continuamos aumentando el dinero para la ‘interrumpibilidad’, una subvención que reciben algunos consumidores de energía a cambio de desconectarse de la red si hay un problema de suministro, algo que ocurriría en el caso de que hubiera más demanda que oferta. En años en los que cae de un 3 a un 4% la demanda el hecho de ayudar a una empresa por la ‘interrupibilidad’ sólo tiene un motivo: subvencionar a quien interesa. También siguen incrementándose los costes de capacidad, se paga más a las cogeneraciones, y no se ha detenido la termosolar. Luego habla el Ministerio del desmantelamiento nuclear, que lo asume con dinero público. Prefiero que no se cierre la
    Central de Garoña porque así no se paga el desmantelamiento y encima se mantienen los puestos de trabajo. Al Gobierno le queda mucho por escribir y por publicar. Tiene que corregir muchas cosas y centrar las necesidades legislativas en la creación de empleo; no en la destrucción de empresas.
    En este panorama ¿cómo se devuelve la confianza a los inversores del sector?
    Es la asignatura pendiente. Si se dan las condiciones óptimas podrá volver la inversión, pero es algo que está encima de la mesa del Gobierno, si bien no esperamos que se concrete hasta finales de año, de tal modo que el sector seguirá bloqueado hasta no conocer todas las reglas del juego cuando debería haber sido un revulsivo para invertir.
    Es mucho tiempo todavía, teniendo en cuenta que es una reforma que se lleva esperando desde hace más de un año.
    ¿Hay luz al final del túnel?
    Si en casa pagamos la luz a seis céntimos y los productores de energía lo cobramos a ocho hay muy pocas cosas que discutir económicamente hablando. Pero cada año transferimos 60.000 millones de euros a terceros países por la compra de energía en forma fósil o nuclear. Cada ‘trozo’ que le quitemos a ese ‘pastel’ en generación de energía en casa es bueno para el PIB. España sabe generar energía eléctrica y térmica de modo local y si empezamos a sustituir ciclos combinados por renovables, nuestras fábricas y nuestras explotaciones agrarias serán más competitivas. Parece una utopía pero es una realidad. El transporte terrestre por eléctrico se fabrica aquí. Tenemos industria y sabemos exportar esa industria. Pero igual estamos enfocando mal nuestros destinatarios. La empresa española se tiene que volcar hacia el norte de África y hacia toda Latinoamérica. A la hora de desarrollar proyectos de generación de energía no podemos ceder territorio comercial, sino que tenemos que liderar el mercado. A los europeos no les encaja en su esquema mental que los españoles estemos fabricando. Soria tiene un recurso eólico razonablemente bueno con 2.500 horas facturadas al año. El precio de venta de la energía tiene que estar como mínimo en los seis céntimos megawatio y ahora estábamos en los ocho, pero los costes de inversión no pueden superar el millón de euros/megawatio y en estos momentos suponen 1,5 millones por megawatio.
    ¿Cómo queda dibujado el mapa soriano de las renovables?
    El empresario soriano vinculado a las renovables está demostrando su capacidad de internacionalización y abrirá el camino a nuevas firmas locales. También se construirán los parques que faltan en la provincia. Además, confiamos en que Castilla y León, la que más instalaciones de renovables tiene de España por su estabilidad regulatoria propia, retire la ecotasa, y entonces la Comunidad será la mejor para invertir en el sector.
    ¿Queda algo más por hacer?
    En el terreno universitario, sobre todo. Soria es un buen sitio para el análisis de cómo tienen que ser las renovables en un futuro. El trabajo de Agrarias va en esa dirección. Si la barrera es el inglés no debemos preocuparnos, porque toda Latinoamérica quiere venir a Europa a por un título universitario. Pero también los europeos vienen a España a aprender de renovables. De hecho, Red Eléctrica Española ha formado a prácticamente todas las empresas del resto de Europa sobre la estabilidad de la red eléctrica con la incorporación de las renovables. Y este conocimiento hay que ponerlo en valor.
    ¿Uniendo recursos naturales con empresas del sector y universidad?
    En estos momentos es más fiable un cultivo energético que cualquier otra inversión. Si Soria es históricamente agricultora, además de ganadera las renovables sólo le pueden beneficiar porque puede apostar por cultivos relacionados con este sector. Además, el tejido empresarial renovable de Soria resulta muy interesante para realizar prácticas. En estos momentos los criterios universitarios van hacia la corrección de la falta de formación de prácticas. En Soria disponemos de un laboratorio eólico con un valor instalado de 900 millones de euros. Por ese motivo hay que unir esto a la marca verde de Soria en la que no tenemos competencia, y convertirnos en uno de los focos donde la gente quiera aprender de renovables.
    ¿Así Soria se convertiría en centro para prácticas universitarias?
    La provincia puede tener un elemento diferenciador en la explotación de las renovables y se conseguiría así mover una parte de la economía de Soria. Estoy convencido de que puede ser referencia en lo verde, lo renovable y esto se puede explotar a futuro. Sería de tontos pensar que Agrarias es sólo para los estudiantes de Soria que quieren seguir con las explotaciones de sus padres en su propio territorio. Hay 400 millones de latinoamericanos esperando un título
    universitario europeo. Vamos a brindárselo abriendo el Campus

    «Si no hay credibilidad el mercado se inestabiliza»
    Para Javier Gracia «o hay demasiados aspectos adicionales que hacen que el precio suba o no se ha tasado bien el precio de la energía», motivo por el que aboga por que el Gobierno siga apostando por generar energías baratas como es la eólica para poder hacer más competitivas a las eléctricas. «Es como si hubiéramos pasado de ir a 100 kilómetros por hora a cero porque el eólico era un sector en auge en Castilla y León y además puntero y referente no sólo en España sino fuera de nuestras fronteras. Al perder credibilidad por la inestabilidad del mercado no hay demanda y las fábricas de componentes han tenido que cerrar sus puertas», añade Gracia.
    Y es que a la suspensión de las primas para impulsar la producción de energía ‘verde’ a raíz de un Real Decreto de enero de 2012 se le han sumado este año las medidas aprobadas por el Gobierno central a principios de 2013 en el paquete de ‘medidas urgentes’ plasmado en el Real Decreto-ley 2/2013, más las últimas de julio.



  • Fecha de la noticia: 2013-08-20
  • Fuente: Apecyl
  • Ambito: Nacional
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