Palencia, tercera de CyL en potencia eólica instalada

En Palencia hay 42 parques, con una potencia instalada de 766 MW, que aprovechan el viento para producir electricidad en una treintena de municipios. Entre todos superan el medio millar de aerogeneradores. 

La producción de energía eléctrica a base de carbón ya es historia en la provincia. Con las minas clausuradas y con el cierre de la central térmica de Velilla del Río Carrión llamando a la puerta, toca reinventarse y pensar en nuevas formas de generación más sostenibles con el entorno y respetuosas con el medio ambiente, de las que Palencia tiene también un gran filón. 
La provincia es la tercera de Castilla y León en potencia eólica instalada, con 766 megavatios (MW). En total, 42 parques a pleno rendimiento y unos 522 aerogeneradores repartidos de norte a sur del territorio, según el último informe de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), al que ha tenido acceso Diario Palentino. Este mismo colectivo estima que la energía verde por la que está apostando Palencia ayuda a reducir la emisión de más de un millón de toneladas de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera.
Aguilar de Campoo, Ampudia, Astudillo, Baltanás, Barruelo de Santullán, Becerril de Campos, Brañosera, Cardeñosa de Volpejera, Dueñas, Fuentes de Valdepero, Grijota, Magaz de Pisuerga, Melgar de Yuso, Monzón de Campos, Pedraza de Campos, Población de Cerrato, La Puebla de Valdavia, Torquemada, Torremormojón, Villahán, Villanueva de la Cueza, Villanueva del Rebollar y Villodre son los veintitrés municipios, a fecha de 31 de diciembre de 2019, en los que se encuentran instalados, según la Asociación de Promotores de Energía Eólica de Castilla y León (Apecyl), esos molinos de viento del siglo XXI que se han convertido con los años en un elemento más del paisaje. 
Por  tecnología empleada, Gamesa es la preferida por los parques eólicos palentinos, pues sus aerogeneradores están presentes en más de la mitad de ellos, un total de 23. El listado lo completan Vestas, con ocho molinos; Ecotecnia y MTorres, con tres cada uno; Made, que está presente en dos; y Acciona y Garmi, ambos en sendas instalaciones.
A los  nuevos proyectos que se han ido materializado a lo largo de los últimos años se suman otros que aún están por venir en el noroeste de la provincia, una zona históricamente ligada a la producción energética que busca en las renovables nuevas alternativas de desarrollo económico para la cuenca minera. Así, la comarca de Guardo, que engloba también a municipios como Velilla del Río Carrión o Santibáñez de la Peña, pronto pasará de quemar piedra de antracita y hulla a aprovechar el viento y el sol como fuentes de energía, más limpias y sostenibles que el carbón. 
En concreto, Iberdrola ha propuesto al Ministerio de Energía la construcción de 420 megavatios eólicos y fotovoltaicos en el área de Velilla. «Para nosotros la transición energética empezó hace 20 años, no es una cosa de ahora. Nos tomamos en serio el Protocolo de Kioto y empezamos a hacer todas las cosas necesarias para que esa transición sea justa con aquellas personas que se pudieran ver afectadas», subrayó el presidente de la multinacional, Ignacio Sánchez Galán, en el marco de la COP25. «Hemos estado creando miles de puestos de trabajo de personas que están trabajando en tecnologías de futuro al mismo tiempo que íbamos cerrando nuestras plantas», añadió.

 

EN CASTILLA Y LEÓN

A nivel autonómico, solo Burgos y Soria, con 1.970 y 1.178 MW, respectivamente, superan a Palencia, a la que siguen Zamora (612 MW), Valladolid (580 MW), León (439 MW), Ávila (261 MW), Salamanca (184 MW) y Segovia, que cierra el listado con tan solo 62 megavatios. En esta línea, la Comunidad sumó el pasado año 461 nuevos megavatios de generación eólica y superó la barrera de los 6.000 MW. 
«Si el objetivo nacional es alcanzar un 74 por ciento de aportación renovable a la generación eléctrica en 2030, Castilla y León ya superó esta barrera en 2018 solo con generación eólica, alcanzando un 80 por ciento de la cobertura de la demanda», según afirma la patronal nacional del sector (AEE), quien destaca que «a nivel nacional la potencia instalada de energía eólica supera los 25.700 MW en España, tras la instalación en 2019 de 2.243 nuevos MW». Y es que, en comparación con 2018, durante el pasado año se ha multiplicado por cinco la potencia instalada.
La evolución en el conjunto de la Comunidad ha sido espectacular. Desde el año 1998, cuando apenas había 15 MW de potencia instalada, se ha pasado a los 6.052 a 31 de diciembre de 2019, es decir, se ha multiplicado por 400 en las dos últimas décadas, según los datos de Apecyl. 
Por años, 2009 fue el de mayor crecimiento, con 829 MW de nueva instalación, seguido de 2010 (765 MW), 2007 (693 MW) y 2004 (678 MW). El resto de anualidades la cifra se situó por debajo de los 500 MW, llegando al extremo de que en 2014, 2015 y 2018 no se instaló ni un megavatio eólico más.

 

LIBRES DE EMISIONES

Año 2050. Esa es la fecha límite que se ha marcado el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico para neutralizar las emisiones a la atmósfera, tal y como se desprende del primer proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética que el Gobierno enviaba recientemente a las Cortes.
El texto articula la respuesta del Ejecutivo central al desafío del cambio climático, orienta la acción integrando objetivos y herramientas y minimiza impactos negativos para la economía, la sociedad y los ecosistemas. En un contexto de reactivación de la economía frente a la crisis sanitaria, social y económica del Covid-19, el proyecto posiciona a España en un lugar privilegiado para aprovechar las oportunidades que abre la transición ecológica en términos de modernización de la economía, de una nueva reindustrialización, de generación de empleo y de atracción de inversiones.
De este modo, según señalan desde el Ministerio, el proyecto «debe servir de marco institucional, de referente para dar certidumbre y estabilidad a todos los actores, públicos y privados, y para movilizar la acción climática». Se trata, además, de un texto «ampliamente participado», que da respuesta, por un lado, a las demandas generales de la sociedad ante la respuesta a la emergencia climática y, por el otro, a las sugerencias y alegaciones que se han ido recibiendo durante su proceso de elaboración.
En este contexto, la vicepresidenta cuarta del Gobierno y titular de la cartera ministerial de Transición Ecológica, Teresa Ribera, defiende el papel prioritario de la transición ecológica «en el proceso de reconstrucción del país» tras la pandemia. 
Por ejemplo, el bono social eléctrico a los autónomos que han cesado en su actividad o han visto reducida su facturación en un 75 por ciento a consecuencia del virus, ha ampliado su cobertura a más 25.900 nuevos hogares, y ya beneficia a más de 1,3 millones de familias en el conjunto del Estado español.

 

POR UN PLANETA MÁS LIMPIO

Expertos, científicos, empresas, líderes políticos, oenegés y sindicatos en diferentes foros debaten en las últimas semanas sobre la recuperación económica y sobre la oportunidad de plantear planes de estímulo que impulsen la creación de empleo y la aceleración de las economías, en base a un nuevo modelo productivo que desarrolle sistemas energéticos más limpios y sostenible, más modernos y más resilientes a los nuevos desafíos.  Entre las empresas energéticas que han dado un paso al frente para responder a este nuevo paradigma se encuentra Iberdrola, que ha avanzado más inversiones para contribuir a reactivar la economía y el empleo en torno a principios verdes. Su presidente, Ignacio Sánchez Galán, manifestaba que «la recuperación debe ir en línea con la transición hacia una economía baja en carbono y que existe un consenso global sobre el camino que debe abordar la recuperación económica, que necesariamente debe ser verde, con la lucha contra el cambio climático como elemento central». Para ello, Iberdrola está preparada para sumarse a esta tarea. En Castilla y León, la multinacional ha consolidado en las últimas décadas su condición de promotor líder renovable y sus más de 5.100 MW instalados convierten a esta región en la Comunidad con más megavatios verdes instalados por la compañía. Gestiona un total de 52 parques eólicos, siete de los cuales se ubican en Palencia. Asimismo, la compañía contempla realizar inversiones sin precedentes, que ascenderán a una cifra récord de 10.000 millones de euros. En el primer trimestre del año, ha adelantado pedidos por valor de casi 4.000 millones de euros a 10.000 proveedores. De estos, más de 940 millones de euros a empresas españolas. Además, coincidiendo con la crisis sanitaria, en este primer trimestre, Iberdrola ha continuado avanzando en sus proyectos renovables en todo el mundo, que suman más de 8.500 MW de capacidad. Solo entre enero y marzo, ha instalado 1.200 nuevos MW y prevé más de 5.500 MW durante el ejercicio. En España, la compañía va a seguir apostando por liderar la descarbonización de la economía, con un plan en energías renovables -el más ambicioso del país- que le llevará a instalar 3.000 MW eólicos y fotovoltaicos a 2022. 

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