Arias Cañete plantea una transición energética “socialmente justa”

Con la mirada puesta en la descarbonización de la Economía, desde Europa pretenden conseguir que la creación de empleos esté totalmente vinculada a las energías renovables.
La Asociación de Promotores de Energía Eólica de Castilla y León (Apecyl) reunió en el Parador de Segovia, en la jornada de ayer, a alrededor de un centenar de expertos del sector de las energías renovables para debatir sobre el actual marco regulatorio e industrial de las energías limpias, enmarcado dentro del IX Día Eólico.

Miguel Arias Cañete, comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, también presente en el acto, señaló que “todas las empresas que se dedican a energías limpias, a energías renovables, tienen un futuro espectacular en la Unión Europea en los próximos años”. En este sentido, afirmó que, según una estrategia lanzada desde la Comisión Europea para alcanzar la neutralidad climática en el año 2050, el 80% de la electricidad tendrá que producirse por energías renovables. “La creación de empleos en el futuro debe hacerse vinculada a los procesos de descarbonización
y de transición energética, porque las energías renovables van a jugar un papel fundamental”, dijo.

EN CASTILLA Y LEÓN

“En la estrategia de descarbonización que hacemos nosotros (en la UE), que es en el horizonte 2050, está claro que los combustibles fósiles no tienen un papel que jugar pero tenemos que hacer una transición energética socialmente justa y es fundamental que ninguna comunidad ni ningún sector quede rezagado en esa transición y no se beneficie de los impactos positivos de ella”, comentó el comisario europeo, añadiendo que, desde Europa, están estudiando una serie de plataformas de apoyo para las regiones carboníferas, como es el caso de Castilla y León.

Señaló, además, que el impacto de la transición energética no solo va a afectar al sector del carbón, sino que el sector del automóvil con la electrificación de los vehículos también se verá afectado “y hay que anticipar la recapacitación profesional de los trabajadores y ver cómo la industria auxiliar se reorienta hacia los vehículos eléctricos, autónomos”.

“No es una revolución, es una transición ordenada y progresiva que tiene que ser socialmente justa, porque si los ciudadanos no se convierten en protagonistas de la transición energética, no conseguiremos ningún resultado”, sentenció Arias Cañete.

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