La eólica marina también despega en España

El potente sector eólico español parecía ajeno al desarrollo de los aerogeneradores offshore en el norte de Europa, ya que hasta ahora apenas se habían presentado proyectos en firme de este tipo de instalaciones complejas y no exentas de oposición social.

Pero nada más lejos de la realidad: en España hay proyectados 32 parques eólicos marinos, de los que 18 estarían ubicados en Andalucía, según datos recogidos por la Confederación Española de Pesca (Cepesca), una poderosa organización que poco a poco va eliminando reticencias contra estas plantas, que, en algunos casos, podrían dañar los recursos pesqueros.

Esto, unido al apoyo cada vez más claro de organizaciones ecologistas –como Greenpeace o la Fundación Oceana– permite prever que, en los próximos dos años, la eólica marina despegará en España con la misma fuerza que lo ha hecho la eólica en tierra en la última década. Problemas específicos de las costas españolas –como los fondos profundos o la actividad pesquera– se van solucionando con medidas novedosas, como los parques flotantes o las medidas compensatorias para la fauna acuática y el sector pesquero.

“Según algunos estudios llevados a cabo en Dinamarca, Reino Unido o Alemania –advierte el secretario general de Cepesca, Javier Garat–, los efectos derivados de la presencia de aerogeneradores pueden ser, a corto plazo, la migración de organismos marinos y, a largo plazo, cambios permanentes en el ecosistema.” Aun así, Cepesca apuesta por el desarrollo de los parques eólicos marinos siempre que entre las empresas promotoras y el sector pesquero existan canales de información y negociación. “Desde la confederación proponemos la puesta en marcha de estudios científicos exhaustivos que garanticen la máxima reducción del impacto de las instalaciones eólicas marinas, la formación de grupos técnicos de trabajo multidisciplinares y la presencia de todos los sectores que puedan verse afectados”, concluye el representante pesquero.

Con casi 5.000 kilómetros de costa en la Península e islas, y con una velocidad y regularidad del viento muy superior a la de la mayoría de los parques terrestres, ni siquiera las fuertes inversiones asustan a los promotores de eólica off-shore. Colectivos de pescadores y algunas entidades ecologistas, no obstante, ven con recelo estos monstruos que empezarán a levantarse dentro de tres o cuatro años por buena parte del litoral español.